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¿El hígado graso puede evolucionar a cirrosis?

La enfermedad del hígado graso, ahora llamada esteatosis hepática, ocurre cuando se acumula demasiada grasa en el hígado. Con el tiempo, este exceso de grasa puede causar inflamación y dañar las partes saludables del hígado. Puede causar cicatrización grave llamada cirrosis. Esta es una condición permanente que afecta la capacidad del hígado para funcionar.

No todas las personas con hígado graso desarrollarán cirrosis, pero tu riesgo aumenta si tienes la enfermedad hepática asociada a disfunción metabólica (MASLD, por sus siglas en inglés). La MASLD está relacionada con factores de riesgo metabólicos como la obesidad, la diabetes tipo 2, el colesterol alto y la presión arterial alta. No se debe al consumo de alcohol, por lo que antes se llamaba enfermedad del hígado graso no alcohólica (NAFLD)

La MASLD puede presentarse como:

  • Hígado graso simple: hay exceso de grasa en el hígado con poca o nada de inflamación.

  • Esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASH): hay exceso de grasa con inflamación (afecta a alrededor del 20% al 30% de las personas con MASLD).

Si tienes MASLD, tu riesgo de tener cirrosis es de un 3% a 5%. Si tienes MASH, el riesgo sube a entre un 10% y 25%. Esto significa que el riesgo general de desarrollar cirrosis por hígado graso es bajo, pero la inflamación aumenta mucho las probabilidades de daño grave en el hígado.

En casos poco frecuentes, otras causas de hígado graso también pueden llevar a la cirrosis, como:

  • Enfermedad hepática relacionada con el alcohol (ALD): puedes tener tanto ALD como MASLD.

  • Tratamiento a largo plazo con esteroides, algunos medicamentos contra el VIH y otros fármacos.

  • Una condición hereditaria, como la enfermedad de Wilson.

Sea cual sea la causa de tu hígado graso, puedes tomar medidas para evitar que avance a cirrosis. Tu médico puede darte una idea más clara de lo que esperar y trabajar contigo en un plan de tratamiento.

De hígado graso a cirrosis: línea de tiempo

Todas las enfermedades hepáticas crónicas pueden llevar a fibrosis y cirrosis, pero la velocidad de progresión varía mucho de una persona a otra. Algunas se quedan en la etapa de hígado graso simple, mientras que otras avanzan más rápido por las diferentes fases.

La evolución de hígado graso a cirrosis suele consistir en cuatro etapas:

El hígado graso suele progresar hacia la cirrosis en cuatro etapas:

  1. Hígado graso (esteatosis hepática): exceso de grasa en el hígado.

  2. Inflamación (esteatohepatitis): la acumulación de grasa provoca inflamación y daño en el hígado.

  3. Fibrosis: cicatrización y endurecimiento del hígado.

  4. Cirrosis: daño hepático grave y permanente.

Etapas de la fibrosis

Podrías escuchar a tu médico hablar del hígado graso en términos de etapas de fibrosis. Esto se refiere a la cantidad de tejido cicatricial que tienes en el hígado.

Las etapas de fibrosis incluyen:

  • F0: sin cicatrices (hígado sano)

  • F1: cicatrización mínima

  • F2: cicatrización moderada

  • F3: cicatrización extensa

  • F4: cicatrización grave o cirrosis

En la mayoría de las personas, el hígado graso avanza lentamente a lo largo de muchos años. Incluso con MASH, puede tardar unos seis o siete años en llegar a la siguiente etapa de cicatrización. Pero cuanto más tejido cicatricial tengas, más aumentan las probabilidades de que la enfermedad avance más rápido.

Si tienes MASLD y no recibes tratamiento, las investigaciones muestran que:

  • Puede tardar entre seis y diez años en avanzar a otra etapa de fibrosis, incluida la MASH.

  • Una vez que tienes MASH, puede tomar entre 10 y 20 años más para desarrollar cirrosis.

  • Alrededor del 20% de las personas con MASH pueden ver que su fibrosis mejora o se mantiene estable.

 

Factores que afectan la progresión del hígado graso

No hay forma de predecir con exactitud quién desarrollará hígado graso o si progresará a cirrosis, ni con qué rapidez. Sin embargo, ciertos factores pueden influir:

Genes. Tus genes determinan cómo almacena y procesa tu cuerpo la grasa en el hígado. Tener familiares con hígado graso aumenta el riesgo.

Los estudios muestran que los factores genéticos pueden ser responsables del 20 al 70 % de los casos de MASLD. 

Los dos genes principales asociados con el hígado graso son:

  • PNPLA3: Este gen, más común entre las personas hispanas, incrementa significativamente el riesgo de acumular demasiada grasa en el hígado. También aumenta tus probabilidades de desarrollar inflamación, cicatrización y daño hepático grave como la cirrosis.
  • TM6SF2: Los estudios demuestran que este gen aumenta el riesgo de desarrollar hígado graso o cirrosis, independientemente de tu edad y peso o si tienes diabetes tipo 2.

Otros genes como MBOAT7, GCKR y APOB también incrementan las probabilidades de MASLD y sus complicaciones.

Hábitos de estilo de vida. Los siguientes hábitos de estilo de vida están vinculados a una mala salud hepática:

  • Consumo excesivo y crónico de alcohol (más de tres o cuatro tragos al día para los hombres y más de dos o tres para las mujeres)
  • Falta de actividad física
  • Consumo de bebidas azucaradas
  • Dieta alta en grasas saturadas (como la carne roja)
  • Consumir más calorías de las necesarias
  • Tabaquismo

Condiciones de salud preexistentes. Los siguientes factores de riesgo cardiometabólico están estrechamente relacionados con la MASLD y tus probabilidades de daño hepático aumentan si tienes más de una.

Si no se tratan, estos problemas de salud aumentan el riesgo de que tu enfermedad del hígado graso progrese a cirrosis:

  • Diabetes tipo 2
  • Resistencia a la insulina
  • Presión arterial alta
  • Niveles elevados de ALT (un marcador de salud hepática)
  • Altos niveles de grasa en la sangre (colesterol o triglicéridos)
  • Bajos niveles de colesterol "bueno" (HDL)
  • Obesidad grave

Otros problemas de salud que pueden aumentar tus probabilidades de tener el hígado graso incluyen:

  • Obesidad junto con una gran cantidad de grasa abdominal
  • Síndrome de ovario poliquístico (SOP)
  • Apnea obstructiva del sueño
  • Glándula tiroides poco activa (hipotiroidismo)
  • Hipófisis (glándula pituitaria) poco activa (hipopituitarismo)

Raza y etnicidad. Los estudios muestran que las personas hispanas o latinas son las más propensas a desarrollar hígado graso (22.9 %), seguidas de las personas blancas (14.4 %) y las negras (13 %).

Existen diferencias raciales que determinan quién desarrollará daño hepático grave. Las investigaciones revelan lo siguiente:

  • Las personas blancas son el grupo con mayor probabilidad de desarrollar cirrosis por hígado graso.
  • Los negros no hispanos tienen el menor riesgo de progresar de hígado graso a cirrosis.
  • Las personas hispanas y blancas con hígado graso tienen más probabilidades de ser diagnosticadas con cirrosis antes de los 40 años, en comparación con las personas negras.

¿La edad afecta la progresión de la enfermedad del hígado graso y el riesgo de cirrosis?

Los investigadores no han encontrado un vínculo consistente entre la edad y la rapidez con la que progresa la cicatrización del hígado. Sin embargo, la cirrosis generalmente se diagnostica en personas alrededor de los 60 años. Los adultos mayores también tienen más probabilidades de tener otras enfermedades hepáticas, como cáncer de hígado.

Señales de que la esteatosis hepática está progresando

El exceso de grasa en el hígado no siempre causa problemas de salud. Aunque esté presente la inflamación, puede que no tengas síntomas al principio. Pero a medida que avanza el daño hepático, puede que observes ciertos signos.

Los signos y síntomas generales del daño hepático pueden incluir:

  • Cansancio, aunque duermas lo suficiente
  • Sensación de que te estás enfermando
  • Dolor o sensación de plenitud en el lado superior derecho del abdomen
  • Pérdida de peso involuntaria

Una vez que tu hígado graso progresa a MASH o cirrosis, es posible que tu hígado deje de funcionar correctamente. Cuando eso sucede, puedes experimentar los síntomas mencionados anteriormente, junto con:

  • Picazón en la piel
  • Cansancio o debilidad muscular
  • Náuseas o vómitos
  • Hinchazón abdominal causada por la acumulación de líquido (ascitis)
  • Vasos sanguíneos visibles debajo de la piel
  • Palmas rojas
  • Sensación de no poder respirar con facilidad

También puedes experimentar:

  •  Coloración amarillenta de la piel o los ojos (ictericia)
  • Picazón intensa
  • Sangrado fácil o hematomas
  • Confusión
  • Hinchazón en la parte inferior de las piernas, los tobillos o los pies (edema)
  • Orina oscura

Si desarrollas cirrosis, tu hígado puede dejar de funcionar. Esto se llama enfermedad hepática en etapa terminal. Necesitarás un trasplante de hígado si esto sucede.

Cómo prevenir la progresión de la enfermedad del hígado graso

Puedes tomar ciertas medidas para proteger tu hígado o ayudarlo a sanar. Si recibes tratamiento médico o haces cambios en tu estilo de vida lo suficientemente temprano, es posible que puedas frenar la progresión a cirrosis o revertir la enfermedad del hígado graso.

Si tienes MASLD, aquí hay algunas cosas que tu médico podría sugerirte hacer:

Mantén un peso saludable. Alrededor del 10 al 15 % de las personas con MASLD están dentro de un rango de peso saludable. Pero si tienes sobrepeso u obesidad, lo primero que probablemente te recomiende tu médico será perder peso.

Esta es la razón:

  • Perder entre un 3 y un 5 % de tu peso corporal puede reducir la grasa en tu hígado.
  • Perder entre un 7 y un 10 % puede disminuir la inflamación relacionada con la MASH.
  • Perder al menos un 10 % puede disminuir o revertir la cicatrización y la fibrosis.

Sigue una dieta nutritiva. Aunque no existe una dieta específica para el hígado graso, los expertos generalmente coinciden en que la dieta mediterránea es buena para la salud hepática. Este plan de alimentación se enfoca en comer alimentos frescos como verduras de hoja verde, frutas, granos enteros, nueces, frijoles y proteínas magras.

Aquí tienes algunos consejos adicionales para mantener tu hígado saludable:

  • Limita las bebidas azucaradas como refrescos, bebidas energéticas o jugos.
  • Limita o evita la carne roja.
  • Sustituye las grasas saturadas por grasas insaturadas, como el aceite de oliva.
  • Come pescado graso un par de veces a la semana.

Los estudios muestran que las personas que toman café con regularidad tienen menos probabilidades de desarrollar MASLD, y el café puede frenar la progresión de la cicatrización del hígado. Tu médico podría recomendarte tomar 2 o 3 tazas de café negro al día específicamente para la salud del hígado. Pregunta cuál es la cantidad de cafeína segura para ti.

Evita el alcohol. No hay una cantidad de alcohol que se considere segura para las personas que tienen MASLD.

Si tu hígado graso se debe únicamente al consumo de alcohol, podrías eliminar el exceso de grasa en unas pocas semanas, pero necesitarás dejar de beber por completo.

Mantente activo. Las personas que realizan actividad física moderada a intensa tienen muchas menos probabilidades de desarrollar esteatosis hepática. El ejercicio regular (al menos 30 minutos al día, cinco días a la semana) puede ayudar a reducir la grasa y la inflamación en el hígado, incluso si no pierdes peso.

Trata otros problemas de salud. Trabaja con tu médico para controlar otros trastornos que pueden empeorar el hígado graso, como la obesidad, la diabetes tipo 2, el colesterol alto o la hipertensión.

Considera tomar medicamentos. Un fármaco llamado resmetirom (Rezdiffra) ha sido aprobado para tratar a adultos con MASH que tienen cicatrización hepática de moderada a avanzada (pero no cirrosis). Los medicamentos más nuevos para bajar de peso, como los agonistas de GLP-1, también pueden ayudar. Pregunta a tu médico si son adecuados para ti.

Hazte chequeos regulares. Tu médico puede revisar tus medicamentos para asegurarse de que ninguno esté empeorando tu hígado graso. También podría hacer algunas pruebas para ver si tu hígado ha cambiado. Esto podría incluir análisis de sangre, una imagen por resonancia magnética (IRM) o una exploración especial que mide la grasa y el daño en el hígado (FibroScan).

Resumen

La enfermedad del hígado graso, también llamada esteatosis hepática, no suele causar síntomas al principio. Pero con el tiempo, el exceso de grasa en el hígado puede provocar inflamación y cicatrización permanente (cirrosis).

Seguir una dieta equilibrada, permanecer activo y mantener un peso saludable pueden ayudar a frenar o incluso revertir la enfermedad del hígado graso. Junto con la atención médica regular, estos cambios en el estilo de vida pueden reducir la grasa en el hígado, disminuir la inflamación y reparar el daño leve.

También es importante controlar problemas de salud como la obesidad, la diabetes tipo 2, el colesterol alto o la hipertensión. Si bebes alcohol, es mejor para tu hígado que dejes de hacerlo.

Preguntas frecuentes sobre la progresión de la enfermedad del hígado graso a cirrosis

¿Cuánto tiempo tarda la enfermedad del hígado graso en convertirse en cirrosis?

Puede tomar entre 10 y 30 años para que la esteatosis hepática se convierta en cirrosis. La rapidez con la que progrese dependerá de factores como tus genes, tu estilo de vida y si tienes problemas de salud no tratados, especialmente diabetes tipo 2, obesidad, hipertensión y colesterol alto. El consumo de alcohol también puede acelerar la cirrosis.

¿Qué porcentaje de personas con la enfermedad del hígado graso evolucionan a cirrosis?

Alrededor del 3 al 5 % de las personas con esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica (MASLD) desarrollan con el tiempo cirrosis. Esto incluye aproximadamente al 20 % de las personas con MASH, aquellas con hígado graso que ya tienen inflamación o cicatrización del hígado moderada a avanzada.

¿Cuáles son las etapas en la progresión de esteatosis hepática a cirrosis?

El hígado graso simple es la etapa más temprana, que es cuando tienes exceso de grasa en el hígado con poca o ninguna inflamación. Con el tiempo, puedes desarrollar inflamación leve a moderada (cuando la MASLD se convierte en MASH), cicatrización (fibrosis) y daño hepático grave permanente (cirrosis).

Ver Fuentes

Crédito de foto: iStock/Getty Images

FUENTES:

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