A medida que mejoran los tratamientos para el cáncer de mama, un mayor número de mujeres viven más tiempo con la enfermedad. En la actualidad, hay casi 4 millones de sobrevivientes de cáncer de mama en Estados Unidos. Muchas de ellas podrían estar en riesgo de otra enfermedad: la osteoporosis. Este trastorno adelgaza los huesos y los hace más propensos a fracturarse (romperse)
El cáncer de mama debilita los huesos, pero su tratamiento puede debilitarlos aún más. Y si tienes huesos débiles, es posible que no lo sepas. Algunas personas llaman a la osteoporosis una enfermedad "silenciosa" porque a menudo no causa síntomas obvios durante mucho tiempo.
Cuanto más sepas sobre tus riesgos de osteoporosis, mejor podrás proteger tus huesos durante tu tratamiento y a medida que envejeces.
La conexión entre la osteoporosis y el cáncer de mama
El cáncer de mama es más común en mujeres de 60 años o más. Tu riesgo de osteoporosis también aumenta a esta edad. Esto ocurre en parte porque los niveles de estrógeno disminuyen después de la menopausia y el estrógeno ayuda a mantener los huesos fuertes.
El cáncer de mama puede debilitar los huesos. Esta enfermedad causa inflamación en el cuerpo que acelera la descomposición del hueso viejo y ralentiza el crecimiento del hueso nuevo.
Hasta el 80 % de las sobrevivientes de cáncer de mama que ya han pasado por la menopausia (posmenopáusicas) pierden masa ósea (de hueso). Las sobrevivientes menores de 50 años tienen casi el doble de riesgo de osteopenia (pérdida de densidad ósea) y osteoporosis (adelgazamiento y debilitamiento óseo más grave) en comparación con mujeres que nunca han tenido cáncer.
El tratamiento del cáncer de mama y la osteoporosis
La enfermedad no es la única causa de pérdida ósea. Algunos tratamientos para el cáncer de mama, como la terapia hormonal y la quimioterapia, también debilitan los huesos. Estos tratamientos aumentan el riesgo de osteopenia, que puede progresar a osteoporosis y eventualmente provocar fracturas (rotura de huesos).
La pérdida de hueso debida al tratamiento del cáncer ocurre mucho más rápido y es más intensa que la pérdida ósea natural relacionada con la edad. Puedes perder hasta siete veces más hueso por el tratamiento contra el cáncer que a causa del envejecimiento natural.
Las terapias hormonales para el cáncer de mama son un tipo de tratamiento que pone en riesgo tus huesos.
Aproximadamente dos de cada tres cánceres de mama son positivos para receptores hormonales. Esto significa que las hormonas estrógeno o progesterona contribuyen al crecimiento del cáncer. Los tratamientos para los cánceres de mama positivos para receptores de estrógeno reducen, bloquean o detienen la liberación de estrógeno en tu cuerpo para privar a las células cancerosas de este combustible natural. Pero eso significa que tus huesos tampoco se benefician de esta hormona que fortalece los huesos.
Las mujeres con cáncer de mama positivo para receptores de estrógeno en etapa temprana a menudo reciben este tipo de tratamiento. Ha demostrado ser eficaz contra el cáncer, pero puede provocar la menopausia temprana y aumentar el riesgo de pérdida ósea a una edad más joven.
Estos son algunos de los tratamientos para el cáncer de mama, tanto hormonales como de otros tipos, que debilitan los huesos:
Tamoxifeno. Este medicamento evita que el estrógeno impulse el crecimiento del cáncer. En mujeres que no han llegado a la menopausia, el tamoxifeno aumenta ligeramente el riesgo de osteoporosis. Pero en mujeres posmenopáusicas, reduce el riesgo.
Inhibidores de la aromatasa (IA). Estos medicamentos, que incluyen el anastrozol (Arimidex), el exemestano (Aromasin) y el letrozol (Femara), reducen los niveles de estrógeno en el cuerpo. Pueden aumentar el riesgo de osteopenia y osteoporosis.
Supresión ovárica. Estos tratamientos impiden que los ovarios produzcan estrógeno. La goserelina (Zoladex) y la leuprorelina (Lupron) son una forma temporal de supresión ovárica. La producción de estrógeno se reinicia después de dejar de tomarlos. Sin embargo, a veces se realiza una cirugía para extirpar los ovarios como parte del tratamiento del cáncer de mama. Es una forma permanente de supresión ovárica. Tener menos estrógeno en el cuerpo, incluso por un corto tiempo, aumenta el riesgo de pérdida de densidad ósea.
Quimioterapia. Este potente tratamiento también puede afectar la salud ósea. Estos medicamentos fuertes matan las células cancerosas, pero algunos también pueden dañar los ovarios y provocar la menopausia temprana. Al igual que los tratamientos anteriores, aumentan el riesgo de osteoporosis.
Otros riesgos
Tu riesgo de osteoporosis es aún mayor si estás en tratamiento para el cáncer de mama y:
- Tienes 65 años o más
- Fumas cigarrillos
- Tomas más de dos bebidas alcohólicas la mayoría de los días
- Te has roto huesos anteriormente
- Has usado esteroides
- Pesas menos de 125 libras (aproximadamente 56 kilos)
Habla con tu médico sobre tu riesgo personal y para determinar si debes hacerte una prueba de densidad ósea.
Pruebas de densidad ósea
Es posible que tu médico evalúe tu salud ósea antes, durante y después del tratamiento del cáncer de mama con una prueba de densidad mineral ósea llamada absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA o DXA, por sus siglas en inglés). Esta prueba mostrará si tienes riesgo de osteoporosis y fracturas.
Tu médico tal vez recomiende una exploración DEXA antes de comenzar el tratamiento como una medición de referencia para compararla más adelante. De esta manera, si posteriormente pierdes densidad ósea, puedes comenzar a tomar un medicamento para fortalecer tus huesos.
Los resultados de la prueba DEXA se presentan en forma de una puntuación T, que compara tu densidad ósea con el promedio de un adulto joven sano. Una puntuación T de -2.5 o menos en la cadera o la columna vertebral significa que tienes osteoporosis y podrías necesitar tratamiento.
Medicamentos que fortalecen los huesos
Si has perdido densidad ósea o tienes riesgo de fracturas debido al tratamiento del cáncer de mama u otras razones, tu médico podría recetarte un medicamento para prevenir o tratar la osteoporosis. También es posible que use la herramienta FRAX, una prueba de evaluación del riesgo de osteoporosis, para estimar tu riesgo de fractura a 10 años.
Los medicamentos posibles incluyen:
Bifosfonatos. Ralentizan la pérdida ósea y reducen el riesgo de fracturas en la cadera y la columna vertebral. Algunos ejemplos de bifosfonatos son:
Alendronato sódico (Binosto, Fosamax)
Ibandronato (Boniva)
Risedronato (Actonel)
- Ácido zoledrónico (Reclast)
Dependiendo del medicamento que recibas, los bifosfonatos vienen en forma de pastilla o infusión intravenosa (en la vena).
Denosumab (Prolia). Las personas que no pueden tomar bifosfonatos o no responden bien a ellos tienen la posibilidad de probar esta alternativa. Se administra mediante una inyección una vez cada seis meses. También reduce la descomposición del tejido óseo.
Raloxifeno (Evista). Este modulador selectivo del receptor de estrógeno (SERM, por sus siglas en inglés) actúa como el estrógeno en tus huesos. Evista se usa para prevenir y tratar la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas; sin embargo, las guías no recomiendan usar estos medicamentos para manejar la pérdida ósea en mujeres con cáncer de mama.
Otras formas de proteger tus huesos
Estas son algunas sugerencias para ayudar a proteger tus huesos y reducir tu riesgo de osteoporosis durante el tratamiento del cáncer de mama:
Consume suficiente calcio y vitamina D. Estos nutrientes fortalecen los huesos. Necesitas de 1,000 a 1,200 miligramos de calcio y de 800 a 1,000 unidades internacionales (UI) de vitamina D al día. Están presentes en los productos lácteos fortificados, las verduras de hoja verde oscuro y el pescado. Si no obtienes suficiente calcio y vitamina D de los alimentos, pregúntale a tu médico si te conviene agregar un suplemento.
Haz ejercicios con soporte de peso. Sostener tu propio peso fortalece tus huesos. Los mejores ejercicios para fortalecer los huesos requieren que te muevas contra la fuerza de la gravedad. Caminar, subir escaleras y jugar tenis son buenas opciones. Agrega entrenamiento de fuerza con pesas, bandas de resistencia o tu propio peso corporal como resistencia.
Evita el tabaco y el alcohol. Ambas sustancias debilitan los huesos. Fumar también reduce la cantidad de calcio que tu cuerpo absorbe de los alimentos. Habla con tu médico sobre otras formas de proteger tus huesos durante y después del tratamiento para el cáncer de mama.